Los Lakers siguen vivos

Lakers stay alive , así titula LA times tras el 98-103 que permite seguir vivos a los angelinos. El gran protagonista -esta vez sí- fue Pau Gasol con 19 ptos, 13 rebs, 6 asist y 2 taps. Esos dos tapones -cifra nada espectacular para un hombre alto- connotan que todavía quedan fuerzas para seguir luchando, algo que no se pudo apreciar en el de Sant Boi en partidos precedentes. Gasol promedió 2.8 gorros ante los Nuggets, 3 contra los Jazz y 1.6 ante los Spurs. Contra los Celtics sólo había logrado 1 en el primer partido, quedando su casillero a 0 en los siguientes tres encuentros. Hasta que llegó resurgir o el concentrar las pocas fuerzas que quedan en un gran partido que permite soñar a la afición púrpura. Pau fue, por primera vez, superior a su idolatrado Kevin Garnett (13 ptos, 14 rebs, 2 robs) quien sufrió el empuje del catalán en el tercer cuarto.

El encuentro significó un compendio de los mejores y peores momentos de los Lakers en esta eliminatoria. Salió enchufadísimo desde el primer momento y prueba de ello fueron los 15 ptos en el primer cuarto de Kobe Bryant, (25 ptos, 7 rebs, 4 asist y 5 robs). Los Celtics sí acusaron esta vez la ausencia de Kedrick Perkins, que sin ser un gran jugador es un buen complemento defensivo para el Big Three. Doc Rivers no tuvo paciencia con un Leon Powe (2 rebs) que jugó de salida 5 minutos y luego ya no apareció y durante todo el partido buscó alternativas con James Posey (3 ptos, 6 rebs) y el veterano P.J. Brown (4 ptos, 3 rebs). Phil Jackson también quiso participar en el "juego de los reservas" e introdujo por primera vez a Chris Mihm (3 minutos, 1 pérdida) en el segundo cuarto, suponemos que como premio a su contribución en temporadas anteriores. Hizo lo propio con Ronny Turiaf y Trevor Ariza, a los que concedió 1 minuto. Estos hombres debían haber sido una pieza básica off the bench pero a la hora de la verdad no han tenido toda la confianza del entrenador.

La ventaja llegó a los 19 puntos en el segundo cuarto pero el orgullo de Paul Pierce (38 ptos, 6 asist, 8 rebs) y la escasa contribución del banquillo local ajustó un poquito más el marcador (52-55). De nuevo la angustiante sensación del déjà vu era latente entre los 19.000 aficionados concentrados en el Staples Center y, por extensión, en los dos equipos. Unos veían como Boston, sin hacer ruido, volvían a estar en el partido y otros, soñaban ya con liquidar la eliminatoria en casa del eterno rival.

Los recuerdos del cuarto partido eran cada vez más palpables cuanto Boston se puso por primera vez al frente del marcador aunque los esfuerzos de Gasol y gente como Derek Fisher (15 ptos, 2 rebs, 2 asist, 2 robs) permitían a los Lakers resucitar y añadir 6 puntos más a la ventaja de la primera parte (70-79).

El gran partido hasta el momento de Pierce hacía presagiar que esta ventaja no sería suficiente y no lo fue a pesar de que los Lakers volvieron a empezar jugando como en el primer cuarto, alcanzando una ventaja de 10 ptos. Pero el gran Paul no estuvo fino en este periodo y sólo el veterano Sam Cassell (9 ptos) conseguía encestar con regularidad. Por los Lakers Gasol volvía a ser el hombre con hambre y dominaba el encuentro pero no con demasiada ayuda. Pese a todo el partido se igualó a 90 y se desniveló por un descuido de Paul Pierce, el hombre que había mantenido el orgullo verde durante todo el partido. A falta de 40 segundos y con 95-97, el alero de los Celtics se disponía a encarar el aro desde la línea de trers puntos cuando Bryant colocaba la mano para robarle el balón. Odom cogía el balón muerto, hacía las veces de quaterback y Bryant completaba el touchdown con un mate que sentenciaba el partido.




El alero se resarcía de una mediana actuación y acaparaba todos los flashes y elogíos. Lakers stayed alive.