Al principio de verano, Phoenix veía como se desmembraba el quinteto titular. Quentin Richardson se iba a New York y Joe Jonson hacía lo propio marchándose a Atlanta (vía intercambio) en busca de un mayor protagonismo. Ambos habían sido titulares indiscutibles la temporada anterior pero veían como todos los premios iban para Nash, Marion y Stoudamire.
Mike D’Antoni tuvo que suplir las bajas con jugadores segundones como Raja Bell, Eddie House o James Jones, además de fortificar el rebote con Boris Diaw y Kurt Thomas. El mazazo vendría después con la lesión de su estrella Damon Stoudamire, la mayor fuerza de la naturaleza de la NBA en estos momentos. La temporada se iniciaba con ciertas incertidumbres, al menos hasta el regreso de Stoudamire, previsto tras el All Star.
Sin embargo estos “segundones” han sabido suplir la marcha de aquellos buenos jugadores. Raja Bell promedia 14 puntos, 2 más que el año pasado en Utah; Eddie House (11 ptos pp) dobla su anotación de la temporada pasada en Sacramento y James Jones (11), hace lo propio respecto a sus estadísticas del año pasado en los Pacers (foto www.nba.com). Pero otro hombre que ha sorprendido y mucho es el francés Boris Diaw, que promedia más de 12 puntos y 6 rebotes (en Atlanta su media era de 5 puntos y 2 rebotes). Y si a esto le unimos que Leandro Barbosa mete 13 ptos pp cuando el año pasado anotaba 7...
Podemos hablar de total éxito la reestructuración de los Suns, equipo que tiene un tridente demoledor con Nash, Marion y Stoudamire y satélites que saben jugar y que conocen su rol en el equipo. Cuando regrese Stoudamire, Kurt Thomas y Diaw tendrán menos minutos pero seguro que responden como lo están haciendo ahora y Phoenix seguro que iguala a Dallas y Spurs en el Oeste. Tras algunos vaivenes, D'Antoni ha encontrado la fórmula mágica y este año sí pueden plantarse en la final.
