Roma busca su segundo Renascimento

Corría la temporada 89/90 y el grupo empresarial Ferruzzi, un emporio agroalimentario, irrumpía con fuerza en el Pallacanestro Roma y revolucionaba el mercado europeo. Bajo el patrocinio del periódico Il Messagero, la Roma tuteó a la NBA, birlándole a los Clippers al entonces rookie Danny Ferry, quien se negó a jugar en “el pariente pobre”. Al futuro “nuevo Larry Bird” (también lo fue Danny Manning en su versión afro) se le unió la llegada de Brian Shaw, de los Celtics, un base con buena reputación en la NBA. Dino Radja, Michael Cooper o Ricky Mahorn fueron otros de los sonados fichajes, junto con el del italiano Roberto Premier –que venía del Tracer Milán. El dinero no lo pudo todo y no se consiguió revalidar la Copa de Europa de Ginebra, conseguida en el 84 ante el FC Barcelona. Larry Wright, un buen jugador pero lejos de ser estrella, consiguió desde el semi anonimato una copa histórica para los romanos. Ferry y Shaw no lograron ningún título europeo y sólo Mahorn, Premier y Radja ayudaron a conseguir la segunda Copa Korak.
La corrupción política de la izquierda italiana salpicó al club y la hegemonía de los equipos de Bolonia y Treviso, y más tarde Siena y Milán, llevaron al equipo a una dinámica negativa que casi les lleva a la A-2.

Dos décadas después

Casi 20 años después, la Virtus Roma vuelve a irrumpir con fuerza en Europa de la mano de su General Manager Dejan Bodiroga, el hombre Euroliga. El primer gran fichaje suponía la llegada del base italo-esloveno Sani Becirovic, procedente del Panathinaikos. Becirovic es un combo guard que puede jugar en las posiciones de 1-2. Su principal arma es el tiro de tres puntos y es mucho mejor pasador que su compañero de selección Jaka Lakovic. Becirovic cobrará en torno a 900.000 euros por temporada.

Pero la bomba llegó con la segunda adquisición. De la prestigiosa Oak Hill Academy llegó el mejor base colegial estadounidense. Brandon Jennings sorprendía a todo el mundo anunciando su fichaje por la Virtus, renunciando a jugar una temporada con los Wildcats de Arizona. La posibilidad de no superar el examen de acceso a la universidad llevó a Jennings a adoptar esta decisión, convirtiéndose en el primer jugador de high school que renuncia a la NCAA para jugar en Europa.

La apuesta es más arriesgada por parte del jugador que por el club. Jennings es un ídolo en su país. Su marca de 63 puntos supone el récord de anotación individual en Oak Hill y sus promedios en puntos y asistencias le proclamaron mejor base de su promoción. Pero es sólo un chaval que disputará una liga muy competitiva y dura -físicamente- como es el Pallacanestro. En principio ha firmado por contrato por tres años y cobrará esta temporada alrededor de 300.000 euros. Eso sí, al término de su primer año puede declararse elegible para el draft del 2009. Si la apuesta sale bien, puede ser un top 5. Si sale mal, se convertirá en otro caso de “lo que pudo haber sido y no fue”. La Roma, de momento, está sacando jugo a este fichaje. Todo el mundo sabe quien es Jennings y los medios de comunicación le han dedicado mucho tiempo y espacio. El merchandising experimentará un incremento considerable y la Lega centrará las miradas desde el otro lado del océano. Si el jugador no rinde como se esperaba, sólo le habrán sacado jugo a una temporada, multiplicando por mucho la inversión inicial. El prometedor base ya ha llegado a Roma junto con su madre Alice y su hermano Terrence y esta tarde se dará un baño de multitudes en el Palazzetto dello Sport di viale Tiziano. Lo cierto es que puede formar un tridente rapidísimo y ultra ofensivo junto a Becirovic y Allan Ray.

La última incorporación, eclipsada por el efecto Jennings ha sido la del pívot esloveno Primoz Brezec, que llega de la NBA con un buen currículum eclipsado por sus dos últimas temporadas. El gigante de 2.16 jugó sus mejores campañas con los Bobcats. En la campaña 04-05 obtuvo su mejor cosecha con 13 puntos y 7 rebotes de media y un año después totalizó 12 puntos y 5.6 rebotes. Una lesión y la apuesta clara por Okafor propiciaron su traspaso, primero, a los Pistons y, luego, a los Raptors, donde no encontró un sitio fijo en el roster. A pesar de su altura nunca ha sido un buen taponador, factor que siempre se le ha reprochado. Sonó para el Barcelona y R. Madrid pero ha sido este atractivo proyecto el que lo ha convencido. Eso y los 850.000 euros que cobrará por cada una de las dos temporadas a las que se ha comprometido.

El proyecto ilusiona aunque a Bodiroga y Repesa les quedan algunos flecos por solucionar. Hawkins ha estado en la Summer League pero todo indica que volverá a no ser que Rusia se lo robe. También seguirán Roberto Gabini, Rodrigo de la Fuente y Angelo Gigli y tan sólo quedaría fichar a otro hombre grande para completar una plantilla que aspira claramente al título de liga. Stefansson y Fucka probablemente no continuarán.

Nuevos aires parece que corren por Italia y, de nuevo, Roma encabeza una revolución que tibiamente empezaron antes la Fortitudo de Bolonia de Sabic (Qyntel Woods, Malaventura) y el Armani Jeans Milano (Jumaine Jones, Jobey Thomas, Mordente). El Montepashi , con sólo Domercant como principal inversión, se ha quedado atrás por falta de dinero. De todas maneras, nada que ver con la locura rusa.