Kambala, González y Gallis

A bote pronto esta combinación de nombres puede que signifique nada. Si alguien ha seguido las evoluciones del pívot letón Kaspars Kambala en los últimos años puede que haya dado con la pista.

Me referiré en este post sobre el vínculo de unión entre tres curiosos personajes del baloncesto, con historial totalmente distinto: Kaspars Kambala, Jorge "Gigante" González y Nicos Gallis. ¿El nexo de unión? Además del baloncesto, los deportes de contacto y un final de carrera, digamos, feo.

Esta pequeña narración se me ocurrió tras recordar ayer La Sexta un vídeo del musculoso letón boxeando en Las Vegas. La noticia saltaba el pasado mes de enero cuando el bueno de Kambala decidía enfocar su carrera hacia el boxeo tras ser inhabilitado por dos años por consumo de anabolizantes. Kambala estaba predestinado para ser el mejor power forward de Europa y hubiera podido triunfar en la NBA pero su cabecita no estaba muy bien amueblada.

Tras promediar 17 ptos y 9 rebs en su último año de "Running Rebel" en Las Vegas, fichó por el Efes Pilsen de Estambul donde consiguió hacerse con un nombre. Esto le generó un buen contrato con el Real Madrid en el 2004. Sus 16.6 ptos y 6.4 rebs no fueron malos pero su actitud no era la adecuada. Al Uniks Kazan de Rusia no le importó y allí produjo estadísticas parecidas. Sus dos últimos años como profesional los pasó en el Fenerbahce donde tuvo una aportación menor aunque sí destacó en su última Euroliga (16 ptos y 5 rebs).



A los 28 años su carrera se fue al garete por dar positivo en un control de anabolizantes lo que le supuso una condena de 2 años. No se lo pensó dos veces y retornó a su segunda casa, Las Vegas, para intentar empezar una carrera totalmente distinta. Cambiaría el parqué por el cuadrilátero. Kaspars tuvo una juventud dura en Riga que le curtió un carácter difícil que ahora enfoca hacia el boxeo.

Su debú profesional se produjo en enero de este año debutó contra Álvaro Morales en la categoría de los pesos pesados, imponiéndose en los puntos. En su último combate, celebrado a principios de julio, se impuso a Ron Weaver por KO técnico a falta de dos minutos para el fin del primer round. Mister anabolizante ama la intensidad del boxeo y ahora intentará igualar a su ídolo Larry Holmes.



El segundo personaje es Jorge González. El gigantón argentino de 2.31 fue la gran esperanza del baloncesto de su país hasta que se cruzó la NBA por medio. Nunca había jugado al baloncesto pese a que a los 16 años ya medía 2.17. Padecía una enfermedad llamada acromegalia que le impedía dejar de crecer.

Un día, paseando por el pueblo, fue visto por Oscar Razonovich, vinculado al club baloncesto argentino Hindú Club de Resistencia . ¿Os recuerda al caso Dueñas? Jugó en los juveniles, luego en el primer equipo, donde promedió cerca de 20 ptos por partido y de ahí a equipos importantes como el Gimnasia y Esgrima de La Plata. Su popularidad creció como la espuma y entró a formar parte de la selección argentina. En España lo pudimos ver, si no recuerdo mal, en el Torneo de Navidad que organizaba el Real Madrid. Sus actuaciones con el combinado argentino animaron al ojeador de los Atlanta Hawks a elaborar un informe positivo. Su buena actuación en el preolímpico de Montevieo (1988) le valió un número 43 en el draft.

El equipo médico y físico de los Hawks se puso a trabajar porque necesitaba perder 20 kilos pero González no sabía vivir sin sus kilos de más y su extremada lentitud le impidió entrar en la NBA. Ted Turner, magnate de la CNN y propietario de los Hawks había invertido mucho dinero y decidió enfocar su carrera hacia la lucha libre, dejando para siempre el baloncesto. Primero formó parte de la WWC para luego fichar por la célebre World Wrestling Federation (WWF). Telecinco fue la encargada en España de mostrarnos al Jorge “el Gigante” González, quien tuvo sus momentos de gloria en sus combates ante Sid Vicious y The Undertacker.



Tras ser despedido de la WWF siguió luchando por todo el mundo hasta que una lesión en el nervio ciático le obligó a dejar la lucha. Pero los problemas reales surgieron cuando le sobrevino una diabetes que le obliga a permanecer 20 horas diarias en la cama de su casita de El Colorado. El colmo de la mala suerte fue el romperse una pierna en un partido benéfico para recaudar fondos para él. Las últimas noticias de que dispongo se remontan al año pasado y confirman que vive una situación muy delicada ya que se está quedando ciego.

El último caso también guarda relación con los deportes de contacto, el boxeo concretamente, pero de modo inverso. Nuestro tercer personaje ha sido uno de los mejores jugadores europeos de todos los tiempos. Nació en New Jersey por el año 57, fruto del matrimonio entre dos emigrantes griegos, George y Stella Georgalis. Nicos Gallis se interesó primero por el boxeo ya que su padre George era boxeador. Pero la madre le convenció para que dejara el boxeo y practicara otro deporte menos peligroso para la salud. Gallis optó por el baloncesto y no se equivocó. Sus buenos inicios en Union Hill le proyectaron hasta la prestigiosa Setton Hall, donde consiguió una media de 27.5 ptos en su último año, igualando a figuras universitarias de la talla de Larry Bird.

A sus 22 años decidió estar listo para la NBA pero una inoportuna lesión y el desentendimiento de su agente (ocupado en promocionar a Diana Ross) le impidieron fichar por Boston, quien lo habían elegido en el draft junto a Larry Bird. Su puesto acabaría siendo ocupado por Gerald Henderson. Decidió entonces volver a casa y Nik “el Griego” forjó una leyenda en Europa con un legado impresionante: 854 partidos oficiales, 25.995 puntos y una media de 30.4 por encuentro. Fue, además, 12 veces máximo anotador de la liga griega, 4 veces máximo realizador del Europeo y una del Mundobasket. Fue el mejor jugador en el Europeo que conquistó Grecia ante la URSS, con un Gallis que parecía de otro planeta.



El final de su carrera estuvo alejado de la gloria, al igual que los dos anteriores personajes. Se dice que tuvo un enfrentamiento con Costas Politis, su entrenador en el PAO, al no incluirle en el quinteto titular. Entonces Gallis se autoexpulsó. Nunca quiso reconciliarse por lo que fue despedido. Era un final demasiado oscuro para la gran estrella del baloncesto europeo.